El altar Templario

Cargada de símbolos que evocan la concentración inusual de campos magnéticos en base a la cual fue diseñada, la apacible creación urbana de Piria mantiene la mística celosamente alejada de la curiosidad profana o al menos, no iniciada. Protegida por la ladera del cerro que da su nombre al lugar y hoy convertida en un sitio de descanso para el caminante que se atreve a llegar hasta allí, la gallarda figura de un enorme Toro de bronce custodia al son de la fuente con agua que mana de las piedras, los cuatro elementos que, según la tradición, confluyen en el sitio: agua, tierra, aire y fuego. Al pie del monumento aguardan los tronos, a espaldas de los treinta y tres escalones por lado que llevan hasta el antiguo altar de piedra donde aún se practica la iniciación de varias órdenes, entre ellas la de los míticos Templarios. Cerro del Toro – Piriápolis