El mejor boliche de todos los tiempos

Atraído por su innata curiosidad, cierto día el Arquitecto Samuel Flores Flores descubrió los resultados del intenso trabajo del agua, que, a fuerza de oleajes constantes, había dejado una huella natural en las enormes piedras del Cerro de Punta Ballena. Su inquieta imaginación comenzó a bailar al ritmo de lo que sería uno de los “boliches nocturnos” más emblemáticos de la costa uruguaya. Fruto de su pasión por el desafío de convertir una cueva en un centro nocturno, su mente concibió ampliar y acondicionar el lugar de manera tal que diseñó una pista de baile “flotante” con gruesas planchas transparentes suspendidas sobre el agua y juegos de luces creando una atmósfera particular a la “boîte”, inaugurado en 1968, se convirtió en el punto de encuentro del jet set veraniego. Bordeando la playa, la pasarela de madera nos acerca hasta la entrada de la gruta, vemos el bellísimo azul marino desde las rocas después de subir la escalera existente en el lugar, y también podemos trepar hasta el lomo del cerro por los antiguos senderos, detrás de la vetusta morada del último ermitaño del departamento. Pda 47 de la Mansa.